El agua purificada es esencial en la industria farmacéutica, ya que se utiliza en múltiples aplicaciones, desde análisis hasta la limpieza de equipos. Por ello, garantizar su calidad resulta crucial para asegurar productos finales de alto estándar. En este contexto, la prevención del crecimiento de biofilm en las instalaciones de tratamiento adquiere una importancia vital, pues su presencia puede provocar una contaminación irreversible y generar significativas pérdidas económicas. Además, la validación de las plantas de tratamiento, conforme a las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), es indispensable para asegurar la consistencia en la calidad del agua producida, contribuyendo así al mantenimiento de elevados niveles de calidad en los productos farmacéuticos.